lunes, 2 de abril de 2012

Tratado N°4

Segundo caño, mirando por la ventana, sentados en el living junto a dos amigos más. Pasaban las micros por Avenida Matta y hacia suficiente calor como para destapar unas cervezas. En rigor no había mucho que celebrar, en mi caso por lo menos hacía lo que estoy acostumbrandome a hacer: deambular de forma aleatoria por las calles y visitar a gente para hablar de cualquier tema que en general, no tienen que ver con nada contingente. Es como si el tiempo se ha detenido sin remedio, como un enfermo terminal resignado pero feliz. Unos de estos tipos toma el Exile Of Main Street (que pedazo de disco, pensé por dentro aunque por alguna razón siempre he escuchado mas el Sticky Fingers) y lo echa a andar. No se detuvo en los primeros temas (una cosa muy rara), y adelantó hasta el tema seis. Uno de los dos acompañantes (el dueño de casa para ser mas exacto) a los segundos de correr la canción comenta convencido que "así debería ser el ritmo de la vida". Por unos instantes estuve en desacuerdo y aunque no deslicé un comentario al respecto, en mi corazón, en mis días que parecen no terminar, tenía la razón: No deberían. Son.

J. Peralta